¿Tienes la sensación de que tu búsqueda de trabajo es infructuosa? ¿Estás constantemente irritado/a? ¿Crees que no conseguirás nunca trabajo? ¿Consideras que las posibilidades de éxito dependen más de elementos externos que de tus acciones? Si es así, puede ser que estés padeciendo de un alto nivel de estrés en la búsqueda de empleo.
En la búsqueda de empleo, el estrés puede aparecer haciendo que nuestras decisiones, se tomen de forma apresurada o que escojamos la opción incorrecta, inadecuada o menos beneficiosa para nuestros intereses.
El estrés es una reacción fisiológica en respuesta a una situación que se percibe como amenazante o que va a requerir un mayor esfuerzo por nuestra parte. Puede llegar a provocar diversos trastornos físicos y mentales.
El estrés cuando se produce en su justa medida puede mejorar el rendimiento y generar un sentimiento de euforia y/o alegría. Pero, en ocasiones, puede ser una respuesta excesiva, generando problemas psicológicos y fisiológicos.
Para entender el estrés hemos de saber que, según la APA (American Psycological association), hay tres tipos de estrés:
Estrés agudo
Estrés agudo episódico
Estrés crónico
El estrés agudo sucede en respuesta a un suceso estresante para el organismo. Habitualmente, si es en pequeñas dosis, no genera problemas, pero si es extremadamente estresante, puede generar problemas psicofisiológicos… Si el suceso es muy potente para la persona, podemos estar delante de un estrés postraumático.
El estrés agudo puede ser producido, por ejemplo, por ver los 5 últimos minutos de tu equipo en una final, o por un partido de tenis que estás jugando o por una punta de trabajo.
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